Uno de los aspectos más notables de la experiencia actual en el comercio minorista es lo bien mediada que está. Cada vez más, realizamos las compras a través de la tecnología y a través del prisma de las experiencias que posibilita la tecnología.
La compra ha sido, por supuesto, un acto mediado al menos desde el auge del sector de la publicidad, con su capacidad de seducirnos con descripciones de los productos que compramos. Pero el auge de la tecnología digital, con toda su ubicuidad y potencia, ha llevado el fenómeno a un nuevo nivel de intensidad.
En la actualidad, un minorista puede seguir contando una historia de marca usando publicidad impresa convencional o un anuncio de 30 segundos. Pero el minorista también puede hacer muchas otras cosas. Puede mostrar a los transeúntes un escaparate interactivo que los desvíe e incluso los convenza para hacer un pedido en línea allí mismo, con el teléfono inteligente en la mano. Puede implementar una ingeniosa experiencia de realidad virtual o aumentada que atraiga al cliente al umbral de la propia tienda. Puede exponer a los clientes a salas de exposiciones envolventes que ofrecen experiencias de consumo sin precedentes. Puede atraernos a tiendas "multisensoriales" donde los estímulos olfativos y de otro tipo juegan un papel importante que nos anima a comprar. Y esto no ha hecho más que empezar.
Dicho de otro modo, no hay límites.
Este informe es un intento de esbozar la mensajería y la tecnología de vanguardia actuales en el comercio minorista. Es un momento donde la nueva tecnología, por una parte, y la necesidad de reinventar la experiencia en el punto de venta para la era del comercio electrónico, por otra, ha generado una creatividad frenética, casi desesperada podría decirse.