Menos activos de capital, alivio de todo el trabajo improductivo relacionado con tener en propiedad la iluminación, que tanta mano de obra requiere y tanto capital se lleva: ninguna organización podrá negar lo valioso de los beneficios. Sin embargo, estas no son las únicas ventajas que aporta LaaS.
Las mejores plataformas LaaS se definen por su conectividad. Además de proporcionar funciones de iluminación tradicionales, una plataforma de iluminación inteligente sirve como base ideal para la implementación de capacidades del IoT (Internet de las Cosas por sus siglas en inglés), a menudo en forma de una combinación de tecnología de sensores y análisis de datos. Al igual que cualquier sistema de iluminación inteligente, un sistema LaaS con sensores integrados puede recopilar información de cada metro cuadrado del entorno iluminado. Transmitidos de forma segura a la nube y analizados, los datos recopilados pueden proporcionar información que facilite la toma de decisiones de gestión clave.
Utilizando los conocimientos derivados de los datos de ocupación y presencia, por ejemplo, una instalación logística puede organizar sus acciones para acelerar la recogida de pedidos. Un fabricante puede hacer mejor uso de las materias primas y las estaciones de trabajo. Ese mismo fabricante puede optimizar el tamaño de su oficina para minimizar los costes inmobiliarios y garantizar la satisfacción de los empleados.
Por otra parte, numerosas instalaciones industriales con capacidad para IoT pueden funcionar de manera más o menos autónoma, y ejercer el control de todo de manera remota, algo de especial importancia en un mundo que intenta hacer frente a los efectos de una pandemia. La capacidad de habilitar IoT cobrará cada vez mayor importancia a medida que la tecnología vaya mejorando, a medida que la detección se vuelva más precisa, los análisis sean más profundos y las API abiertas faciliten la integración de los sistemas inteligentes.
Las capacidades de IoT también pueden hacer las instalaciones más agradables y seguras para los trabajadores. Una iluminación que responda al contexto da como resultado un mejor rendimiento de las tareas, menos rechazos de fabricación y, quizás lo más importante, menos accidentes.